Es hora de agradecer.
Son muchos los años y las bendiciones que he recibido en mi vida, por lo que es justo dar las gracias.
Agradecer a Dios por mis padres Hugo y Nena, de quienes aprendí el valor que tiene el esfuerzo, la honestidad, el servicio a los demás, el trabajo y la rectitud. Por mi hermana Rebeca, que formaba parte de ese pequeño núcleo familiar que llamábamos “los cuatro” y por sus hijos, mis únicos sobrinos.
Por los amigos de mis padres, con quienes disfruté muchos momentos de amor y especial preocupación, donde podría editar un libro con historias de humor y de cariño. Sus nombres ocupan un lugar muy especial en mi corazón.
Los caminos de la vida se entrecruzaron de tal modo que llevaron a los hijos de esos amigos, a compartir una linda y profunda relación de hermanos, la que guardo en el mismo espacio con sus padres, entre mis afectos más profundos.
Alumno “regular” de muchos colegios, en Chile y U.S.A., fui bendecido con la sincera amistad de grandes y notables compañeros de curso, que provienen del Saint George’s College, el Liceo Lastarria y los Padres Franceses de Manquehue, amistad que se ha mantenido intacta durante el paso de estos años.
Crecí en medio de grandes turbulencias políticas, tanto al interior de mi hogar y mi familia, como en mi vida de “poco estudiante”. Me transformé en un trabajador del sector público, al ingresar a LAN CHILE, en febrero de 1971, como “azafato” o sobrecargo, mientras todos mis amigos seguían enfrentando los rigores de la universidad. Mi intención era la de trabajar en algo durante un año, para prepararme a rendir la P.A.A. por segunda vez, cosa que nunca ocurrió.
Cumplí los 60 años de edad y llevó 37 años, más de la mitad de mi vida, en la industria de la aviación comercial y del turismo, lo que también considero una bendición.
En lo laboral, ha habido empresas y personas que se apropiaron de mis sentimientos, como fue el caso de BRANIFF INTERNATIONAL (1973-1982), con sus aviones multicolores, para luego pasar a la sobriedad y la tecnología de EASTERN AIRLINES (1982-1989), con un breve regreso a LAN CHILE (1989-1996), hasta finalmente ingresar a las filas de SKY AIRLINE (2002 a la fecha), donde he podido seguir cultivando mi pasión por los aviones y la aviación comercial, en una empresa pequeña, comparada con cualquiera de las anteriores, pero con grandes valores y principios que la convierte en un verdadero gigante.
Si tuviera que referirme a una viga maestra o a mi “torre de control”, ella es Pamela, con quien he recorrido más de un tercio de mi vida, llegando a formar una familia maravillosa de cuatro hijos, uno de los cuales nos ha regalado un futuro nieto o nieta, que viene “en pleno vuelo”, además de asumir el control financiero de nuestra empresa a lo largo de todos estos años, con audacia, visión, compromiso, rectitud y brillantez. Dotada de una tremenda paciencia, es verdaderamente mi mano derecha en todo lo que emprendo y la amo profundamente, al igual que a todos mis hijos, mi familia y a quienes forman parte de ella.
Antofagasta también ocupa un lugar especial dentro de mis afectos, al igual que la Iglesia Anglicana, COANIQUEM, The Antofagasta British School, la Cámara de Comercio, la Fundación Minera Escondida, PROA, el arte, la música y la cultura, ámbitos donde descargo mi afán por el servicio público, herencia viva de mis padres.
He recorrido 60 años de vida y no son muchas las cosas de las cuales me arrepiento, salvo el haber dejado la guitarra, el canto y la fotografía en blanco y negro. El no haber terminado mis estudios universitarios y de haberme comprado “la casa de La Florida”. De haber sido ateo o agnóstico durante tantos años y de no haber sabido resolver el cómo compartir la casa de Zapallar.
Si volviera a nacer, terminaría mis estudios universitarios y leería más. Tal vez habría elegido ser periodista, diseñador gráfico o profesor. No me habría comprado “la casa de La Florida”, pero en la suma y resta, confieso que soy inmensamente feliz y agradezco profundamente a Dios, por haberles puesto en mi camino y por ser ¡las personas que son y que yo más quiero!
Con todo mi cariño,
Hugo Donoso Palacios
1 comment:
linda biografìa Hugo, deberìas haber puesto tambien que tuviste muuuuucha paciencia, sobre todo para aguantar todas mis estupideces y chacoteo, wish you the best
lisbeth
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