En un día como hoy, el 10 de septiembre de 1973, crucé el umbral de las oficinas de BRANIFF INTERNATIONAL, para postular al cargo de Auxiliar de Vuelo.
Trabajaba en LAN CHILE como Sobrecargo y mi buen amigo Víctor Bendixsen, me había avisado que postulara a Braniff, porque reabrirían su Base de Tripulantes en Santiago. Nunca me he olvidado de ese gesto.
Recuerdo que entré a un lobby lleno de colores, donde se respiraba el BRANIFF STYLE, actitud que luego formaría parte de nuestras vidas.
Pregunté por la persona que me entrevistaría y me respondieron en “Spanglish” (mitad inglés y español); “Mister Bill Kent ya lo va a atender. Please take a seat and he will be calling you soon.”
Al poco rato entré a una oficina pequeña y conocí a Mr. Kent, un hombre muy afable e inquisitivo, a quién recuerdo con mucho cariño.
La entrevista fue breve y muy cordial. Recuerdo que él no me quería contratar porque sobrepasaba largamente los 23 años de edad y básicamente porque venía de otra compañía aérea, pero nuestra conversación en un perfecto inglés, ayudó a poner la balanza a mi favor y así ingresé finalmente a una de las líneas aéreas más lindas y emblemáticas que registra la historia de la aviación comercial.
Durante años, los aviones de BRANIFF llenaron el cielo de colores y dejaron una huella muy profunda en el corazón de muchos de sus empleados y yo, como uno de ellos, me siento muy orgulloso de haber sido uno de los miembros del CLAN BRANIFF.
Comparto este trozo de historia personal, con todo cariño,
Hugo Donoso Palacios
BI Clock Nº 37873
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